viernes, 17 de enero de 2014

Mi confrontacion con la docencia

El presente trabajo tiene que ver con mi historia personal de ser profesor en el nivel medio superior mediante una reflexión basada en los contenidos revisados en el primer módulo de la especialidad.
Mi historia docente comienza en el año de 1982 como profesor de la licenciatura de psicología en el Instituto Universitario de Ciencias de la Educación (Universidad Salesiana), impartiendo las asignaturas de matemáticas I y II, teoría de la medida, psicología pedagógica y seminario de tesis, hasta el año de 1983.
En junio de 1982 ingrese al Colegio de Bachilleres en el área de la orientación escolar  en el plantel 03 Iztacalco del Colegio de Bachilleres en el turno vespertino, actualmente es el área de orientación educativa y desde el ciclo escolar anterior y en base a la RIEMS, no estamos en los planes y programas de estudio de la institución y por lo tanto no tiene créditos. La orientación escolar es considerada como un servicio escolar y por lo tanto los talleres que impartimos no son obligatorios.
El servicio académico de orientación está circunscrito por tres áreas de servicios: psicopedagógica, vocacional y psicosocial. En la primera área impartimos a los alumnos de primer semestre el taller Habilidades de Pensamiento de 10 a 12 sesiones en donde pretendemos que desarrollen habilidades y estrategias para la solución de problemas, utilizando el razonamiento y pensamiento divergente, la utilización de estrategias heurísticas, para que lleguen a soluciones de forma creativa, en trabajo colaborativo con sus pares y argumenten el porqué de sus soluciones.
En esta misma área impartimos el taller. El proceso de la comprensión lectora, a los alumnos de segundo semestre, de 10 a 12 sesiones, en donde pretendemos que nuestros estudiantes conozcan y aplique las estrategias de comprensión en sus textos escolares a fin de mejorar su rendimiento académico y que los puedan transferir en la lectura de cualquier medio de información escrita.
En la segunda área impartimos el taller toma de decisiones en el proceso de elección vocacional a los alumnos de tercer semestre, de 10 a 12 sesiones, en donde pretendemos que nuestros alumnos elijan una carrera de educación superior o una ocupación laboral que les permita integrarse al mercado de trabajo o a una institución de educación superior, en donde ellos analizan cuales son las 10 carreras universitarias más saturadas que ocupan el 57% de toda la demanda de educación superior.
En la tercera área trabajamos diferentes programas y campañas de información y difusión que tienen la intención de prevenir los factores de riesgo psicosocial; paralelamente a estos programas damos orientación y asesoría a los alumnos y alumnas que acuden al servicio para informarse de alguna situación que les preocupe o para que los escuchemos sobre su situación específica. En estas situaciones utilizamos la entrevista, la intervención en crisis y si lo requiere el alumno lo canalizamos a una institución externa; también apoyamos al personal docente que requiera nuestros servicios académicos.
Estas son algunas de las actividades sustantivas  que realizamos cotidianamente en nuestro quehacer como orientadores académicos a toda la comunidad educativa que asiste a esta institución educativa.
Reflexionando sobre la lectura del Maestro Esteve y sobre mi práctica pedagógica del nivel medio superior estoy de acuerdo en que la mayoría de nosotros nos  iniciamos en la noble profesión de ser profesor, con el consabido ensayo y error en nuestras primeras experiencias docentes, pero posteriormente se aprende a ser profesor en la práctica diaria y de esa manera se va ganando la libertad de ser profesor y la convicción de autorrealización y de trascender en la práctica educativa; porque el ser profesor implica al ser viviente y pensante que dice lo que piensa y siente, para hacer sentir y pensar a sus alumnos.
En este sentido la identidad profesional se alcanza al disfrutar de la enseñanza y cuando uno diseña contextos educativos interesantes y significativos y los vivenciamos con nuestros estudiantes. De tal forma que rescatamos la importancia del vínculo afectivo, lo que implica la humanización del docente al tratar a los educandos como personas.
Por último, el ser profesor es un privilegio y un compromiso que conlleva una gran responsabilidad con uno mismo, con mis estudiantes y con mi Institución Educativa, el Colegio de Bachilleres; además de ser un medio de auto crecimiento y de autorrealización humana.



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